Uno de los principales problemas cuando comenzamos a trabajar con las afirmaciones para cambiar nuestra vida es la parte en la que debemos proyectar nuestros deseos, visualizar. Con frecuencia sentimos que nuestro pensamiento se disipa, se distrae, se aleja intencionadamente del objetivo que nos planteamos; nuestra mente nos juega la mala pasada de tener vida propia, aunque realmente no es cierto, pues simplemente estamos dejando salir a flote nuestros temores, o la incertidumbre de no creernos lo que estamos haciendo.
Cuando
imaginamos que algo no va a ocurrir, nuestra mente ve claramente el porque y
como, es el mismo mecanismo, tenemos que revertir ese tipo de pensamiento hacia
lo positivo de cualquier enfoque en nuestra vida; y si realmente no conocemos
como hacerlo tal vez sea positivo, practicar unos pequeños ejercicios que
enseñen a nuestro pensamiento a llevar con éxito la visualización de nuestros
objetivos.
Este es el
motivo de este articulo, encontrar herramientas útiles para manejar
adecuadamente las ideas, los pensamientos y las emociones, para convertir en
realidad lo que afirmamos y queremos para nuestra vida.
Es algo muy sencillo, se trata simplemente de enfocarse en algo que se desee, de traer a la mente pensamientos e imágenes relacionadas con lo que se quiere manifestar, y dejar que las imágenes empapen de emoción el cuerpo.
Para empezar a visualizar, se sugiere empezar con cosas u objetos sencillos, que estén dentro del rango de aceptación de la persona.
El
aprendiz del desarrollo de su mente necesita empezar a jugar con lo que este “a
su nivel”. La mente necesita empezar a fortalecer su voluntad con objetos
sencillo, que no le representen un imposible o algo difícil de alcanzar. Así
pues, lo mejor es escoger al principio cosas muy sencillas como lápices,
pulseras, clips, etc. Ponerles un color y una forma especial, y visualizarlos
al menos media hora al día para empezar hasta que se manifiesten.
Cuando se empieza con los ejercicios de visualización, la mente bombardeara este ejercicio con muchas dudas, preguntas, es probable que uno se sentirá durante este ejercicio como un “tonto”, pensarás “¿sucederá?” “¿funciona esto?” “¿Cuándo, cómo y dónde aparecerá lo que visualizo?” Y es aquí donde se debe de aprender a aislar el objeto visualizado de todo este ruido mental, enfocarse simplemente en sentir al objeto, su peso, su color, su olor, verlo tridimensionalmente, hasta que se manifieste.
Cada vez que algo se manifiesta, el rango de aceptación se eleva, hay más credibilidad en lo que puede hacer la mente.
Practica
este ejercicio lo más que puedas, si te desesperas al principio o te sorprendes
pensado repentinamente en otra cosa, retoma tu objeto de visualización. Esta es
una forma muy sencilla y divertida de empezar a manejar los poderes de la
mente. Ya verás lo que sentirás cuando el objeto que visualizaste aparece
simplemente delante de ti.
Para
maximizar el poder persuasivo de nuestra propia mente, es necesario que
prestemos atención a cinco factores
fundamentales:
- Repetición
- Claridad
- Acción en el tiempo presente,
- Implicación personal y el uso de los cinco
sentidos.
1. La
repetición asegura que nuestras proyecciones mentales sean lo suficientemente
fuertes y queden fijadas en nuestra mente, por esta razón es
importante hacer el ejercicio varias veces.
2. La
claridad ayuda para que las imágenes
sean nítidas, por tanto es importante que utilicemos la mayor cantidad de
información posible en nuestros ejercicios de visualización.
Forma tu idea
imaginado detalle a detalle mira el escenario: ¿en dónde estás?, ¿es de día o
de noche?, ¿hace frío?, ¿cómo es el lugar: amplio, iluminado, cómodo? Visualiza
las personas: ¿qué apariencia tienen? Visualízate también al máximo detalle:
¿estás recién bañado?, ¿qué fragancia estás usando?, ¿de qué color son tus
prendas?, ¿estás emocionado o calmado?, ¿qué estás diciendo?, ¿qué haces?, ¿qué
sientes?
Seguramente
las primeras veces que intentes hacer ejercicios de visualización no serás
capaz de incorporar tanta información. Pero, ten paciencia y ve agregando
detalles poco a poco cada vez lo harás mejor.
3. La
acción en tiempo presente evita que
nuestra imaginación no se quede en el futuro en algo que aun ha de llegar, sino
que sienta el “ahora”, sin importar si nuestro objetivo necesita aún tiempo
para hacerse realidad.
4. La
implicación personal hace que nuestras visualizaciones sean reales y vívidas, como si
fuera una película.
Por eso es
importante ver los detalles de nuestra visualización en movimiento y en sonido,
cuando visualizamos con una implicación de primera persona, ves todo lo que
pasa como si realmente estuvieras presente, todo sucede formando tu parte de la
escena, y la ves desde tu perspectiva personal, no como un espectador, tu eres
el protagonista de tu película.
5. Ya por
último, acostúmbrate a visualizarte a través de los cinco sentidos.
No sólo pienses en qué ves o que escuchas, sino también que sensaciones
táctiles, olfativas e incluso gustativas tienes.
Trata de definir muy bien las
situaciones que estás creando en tu mente, no percibas solamente diálogos o
percepciones, sino también sensaciones de todo tipo: emociones, olores,
texturas, temperatura del lugar y en definitiva todo lo que te permita hacer
más real la escena. Esto aumentará
considerablemente el poder de tu imaginación y te convencerá mucho más de que
la situación que estás creando en tu mente es real.
Artículo elaborado por Stella Btomassino y Diana Mendez
*imágenes tomadas de
Internet
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